Entrevista a Paco López Mengual
-Revisionismo histórico o como decía García Márquez “historias que a mi me contaron” ¿Cómo define exactamente su posición narrativa en El mapa de un crimen?
En esta novela, está clarísimo que todo fluye a raíz de un suceso escuchado durante la infancia. Luego, está la mirada del narrador, de ese niño que va transformándose en adulto a la misma vez que crece en su interior la historia que le contaron durante la niñez.
Durante gran parte de la novela, el narrador permanece oculto a los ojos del lector, pero en un momento dado, emerge entre la trama, para convertirse en protagonista de excepción al intentar desvelar que ocurrió en su pueblo cincuenta y tantos años atrás.
-Me imagino que esta será una pregunta algo manida que le habrán realizados varias veces ¿Qué tanto por ciento de realidad y cuanto de ficción contiene su novela?
Desde el principio, jugué a confundir verdad y mentira. Si es cierto que mi madre fue testigo durante su juventud de un crimen muy similar al que se narra en el libro, y que debió de impresionarle tanto que, años después, cuando yo nací, me lo contaba casi a diario. Pero yo quería escribir una novela, no reproducir un suceso histórico. Así que llegó un momento en el que no quise saber más sobre el crimen real y sus protagonistas. Fui fiel a mi proyecto inicial de novelar una historia que había oído contar durante mi infancia, pero rellenando los huecos que quedaban -que eran muchos- con el fruto de la imaginación. El resultado de esa maraña de realidad y ficción es El mapa de un crimen.
-En su primera versión esta novela se llamó de otra manera “El vuelo del mosca” en relación a un hecho narrado en el libro que pudo cambiar la historia de un país. ¿Lo cree así?
El Mosca fue un tipo de avión de combate que utilizaron las Brigada Internacionales durante la Guerra de España. Maqueda, el protagonista de El mapa de un crimen pilotó uno de estos aparatos durante la contienda.
La Guerra Civil estuvo llena de vuelos que fueron cambiando el curso de la historia: el vuelo de El Dragón Rapide, que transportó a Franco hasta la península; los fatídicos vuelos que realizaron los aviones de los generales Sanjurjo y Mola, que lograron descabezar, una y otra vez, al bando nacional; o el devastador vuelo de la Legión Cóndor alemana sobre la ciudad de Guernica. ¿Por qué no, de haber logrado su objetivo, el vuelo de aquel pequeño Mosca pilotado por Maqueda no habría podido cambiar el rumbo de la historia de este país? Muchos sucesos que han variado el itinerario de algunos acontecimientos han sido fruto de acciones individuales, que han transformado a sus protagonistas en héroes. Y no olvidemos que el héroe es una figura muy literaria.
-Es en las poblaciones mas pequeñas dónde han sucedido de siempre los hecho mas escabrosos?
Sucesos como el que se narra en El mapa de un crimen han sucedido en todos sitios; y supongo que, por una sencilla regla de tres, se deben contabilizar más en las grandes ciudades. Pero es cierto que es en los pueblo pequeños, donde este tipo de acontecimientos se magnifican y perduran en la memoria colectiva durante decenas de años.
Durante estos primeros días de vida de la novela, he recibido el testimonio de lectores que recuerdan detalles del suceso real en el que se inspira el relato. Cincuenta y siete años después del crimen, una mujer –entonces una niña- recuerda que se acercó tanto a curiosear como trasladaban al moribundo a la casa del médico, que le salpicaron gotas de sangre a los calcetines; u otra que rememora con total nitidez como era el color del cielo y la alborotada forma que presentaban la nubes en aquella lejana tarde de domingo.
-Se que hay una pregunta que a usted le gusta hacer a los autores que conoce ¿Cuáles han sido sus influencias y porqué novela negra o de misterio?
Suelo leer con los ojos muy abiertos, para empaparme de todo aquello que me fascina.
Me gustan los escritores que cuentan buenas historias y bien narradas. Esto que parece tan simple, no todos lo logran. Son muchos los autores que desperdician un buen argumento y muchos más los que, a lo largo de trescientas o cuatrocientas interminables páginas, te cuentan una nimiedad, eso sí, a base de metáforas, preciosismos y otros fuegos de artificio literario que, como los cohetes de feria, pronto se apagan y dejan de sonar. Esta novela en concreto, creo que le debe mucho a escritores como C.J. Cela, García Márquez y J. Cercas.
Aunque suelen colocar El mapa de un crimen en los estantes de novela negra de la librerías, no creo que contenga los ingredientes necesarios para ser adscrita del todo a este género literario. Si es cierto que hay un crimen y un muerto, pero desde la primera página el interés se centra en otros aspectos de la trama. También se le podría catalogar como novela costumbrista, por la ambientación de la época en la que se desarrolla la acción; de hecho, ha sido seleccionada para participar en la X Semana de Novela Histórica de Cartagena. Otros críticos la consideran una novela psicológica, por la exploración interior del ramillete de personajes que en ella aparecen. Negra, histórica, psicológica.... adscríbala al género que usted prefiera. Aunque resulte cursi decirlo, confieso que yo solo pretendía escribir una novela de amor.
-¿Cómo está llevando el éxito que está recibiendo con esta novela y como está influyendo esto en sus proyectos futuros?
La novela sólo lleva mes y medio en las mesas de las librerías y es muy pronto para saber cual va a ser su verdadero alcance entre los lectores. Estoy contento del resultado de la novela y más contento aún de trabajar en una editorial como Maeva. El éxito de un libro no es sólo de su autor. Una novela por sí sola no es nada, un puñado de folios en un cajón. Para que esa historia adquiera forma de libro y pueda llegar a muchos lectores, es imprescindible el trabajo de un gran equipo de profesionales como el que tiene Maeva.
Los autores cuando salimos a la calle con una obra, ya solemos tener en la recámara un cajón repleto de historias.
En cuanto a proyectos futuros, tengo la mochila llena de historias y de personajes pidiendo una oportunidad para saltar a la pantalla del ordenador. Les he pedido una tregua. Hace dos meses, le puse punto y final a una novela ambientada a partes iguales entre la Guerra Civil y la actualidad, que contiene elementos fantásticos. Me he percatado de que guerra civil y fantasía puede ser un cóctel literario muy jugoso, como nos lo ha puesto de manifiesto Guillermo del Toro con dos espléndidas películas: El espinazo del diablo y El laberinto del fauno.
--------------------
Por José Ramón Gómez
0 comentarios