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Cuando la oscuridad se cierne

Cuando la oscuridad se cierne

El recurso del falso culpable ha dado mucho juego en el género negro. Pese a ser un tema tópico y recurrente (en el fondo, cuando hablamos de literatura, negra, blanca o de cualquier color, ¿qué tema no lo es?) en manos de un buen escritor puede dar lugar a una novela interesante, amena, entretenida y, en ocasiones, llegar a cautivarnos de tal modo que no podemos dejar de leerla hasta el final y, posteriormente, lamentar que haya finalizado.

 

Cuando la oscuridad se cierne, del escritor norteamericano Peter Blauner, es una de esas novelas que nos atrapan casi sin darnos cuenta, y en ello tiene mucho que ver la historia, una nueva vuelta de tuerca al ya mencionado tema del falso culpable, sólo que desde un punto de vista diferente al habitual. Porque el “falso culpable” (o quizás no, hay que dejar al lector que lo descubra por sí mismo) no es un hombre que lucha agónicamente por demostrar su inocencia sino que ha cumplido ya su condena o, al menos gran parte de ella. En efecto, Julián Vega, ha pasado veinte años de su vida, desde los 17 a los 37 en la cárcel, y cuando sale, por un simple tecnicismo jurídico, no porque su inocencia haya sido reivindicada, ya no es el mismo que entró. Veinte años en la cárcel, en la edad en la que un joven se está formando y abriéndose a la vida, no sólo endurece sino que encanalla hasta límites insospechados. Y si quien entró en prisión era un joven inocente en todos los sentidos de la palabra, quien sale de ella ha dejado de serlo, con todo lo que conlleva.

 

Siempre que hay un falso culpable, las reglas del juego están meridianamente claras en lo que a este aspecto del género concierne, tiene que haber un perseguidor, alguien cuyo objetivo en la vida es amargar la vida al inocente y llevarle a prisión o al patíbulo, si es posible. Peter Blauner respeta esas reglas y nos ofrece un enemigo a la altura del puertorriqueño. Se trata Francis X. Loghlin, detective de homicidios de origen irlandés, lo que ya de por sí es una categoría en la novela criminal norteamericana, un hombre que se está quedando ciego, y que antes de ser declarado inválido quiere volver a meter en la cárcel a Vega, del que está convencido de que es culpable, aunque para ello tenga que bordear peligrosamente los límites de la legalidad.

 

Y es que una de las virtualidades del autor es, precisamente, ese enfrentamiento entre personajes alejado del maniqueo. Ni Loghlin es un policía corrupto que quiere encarcelar al joven puertorriqueño por una pulsión racista o por tallar una muesca más en su revólver, ni Vega es un hombre candoroso (quizás lo fue, pero eso desapareció con su juventud) que quiere rehacer su vida. Ambos se pasean por el filo de la navaja, convencidos de sus razones, pero plenamente conscientes también de que su triunfo marcará la humillación de su contrincante y de que ambos lucharán hasta el límite para destrozar a su oponente. El tiempo se acaba, para el policía irlandés porque su ceguera avanza poco a poco, para el acusado puertorriqueño porque las puertas de la prisión pueden volver a abrirse en cualquier momento exigiendo su regreso. Quizás los mimbres de este cesto respondan a un tópico pero con ellos Peter Blauner ha tejido una novela que en el año 2006 ganó el prestigioso Premio Edgard. Merece la pena acercarse a ella y descubrir por qué lo ganó.

 

José Javier Abasolo

 

CUANDO LA OSCURIDAD SE CIERNE

Peter Blauner

Traducción de María Otero

LA FACTORÍA DE IDEAS

 

1 comentario

A. Romero -

Una gozada de novela, sin duda.