LA SOLEDAD DE PATRICIA Por Jesús Lens
Sabemos que un libro firmado por Carles Quílez será, como mínimo, riguroso, serio, bien documentado, analítico y, como diría Manquiña, “profesional. Muy profesional”.
Cocinero antes que fraile, Quílez ha sido, durante muchos años, el periodista de la Cadena Ser que, en Barcelona, ha cubierto las noticias de Tribunales y, también, la crónica negra de la región. La Nota Roja, que le llaman en México. Por tanto, sabe de lo que habla. Y, por eso, sus libros de no ficción son tan apreciados por los amantes del género, hasta el punto de que, cuando ganó en Semana Negra el premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de este género con su excelente “Mala Vida”, los aplausos fueron atronadores.
Y de ahí a saltar a la ficción sólo había un paso. Un paso necesario, meditado, lógico y bien medido que se llama “La soledad de Patricia” y que nos trae una novela corta, intensa y sin florituras. Como antaño decíamos, fuerte, duro y a la cabeza.
La protagonista de la novela, la Patricia del título, es una periodista de raza, joven, aunque sobradamente preparada. Y muy bien dotada. Dotada de una personalidad fuerte. Y de un valor a prueba de bombas, disparos, prevaricaciones y amenazas. Y también es, como buena periodista, una tocapelotas de tomo y lomo. O, por ser más suaves, una mosca zumbona y cojonera que, un buen día, se encuentra con lo que en la jerga periodística se conoce como “un búfalo blanco”, o sea, una de esas noticias bomba que todo periodista que se precie ansía encontrar. Un notición de los que propulsan hasta la estratosfera, siendo citado y reseñado por los medios de comunicación de todo el mundo.
En una Barcelona aterrorizada por un violador y asesino de prostitutas, los mossos de escuadra detienen a un par de tipos que conducen alocadamente por la autopista. En el registro rutinario del maletero aparece un arma de altísima precisión, de fabricación artesanal y despiezada, para no llamar la atención en los escáneres aeroportuarios. ¿Por qué se interesan por esos tipos, de pasaporte francés, altos mandos de la Guardia Civil y de los Servicios Secretos españoles y franceses?
Las relaciones entre la prensa, la policía y las instancias judiciales, la obsesión por el trabajo, la soledad insondable de los mejores profesionales y los contubernios que siguen dándose entre las altas jerarquías de nuestra sociedad son los protagonistas de una historia adictiva que va subiendo de ritmo hasta llegar a un final espídico en el que, en el mejor estilo de Larson y nuestra añorada Lisbeth, no puedes dejar la lectura hasta saber cómo termina la historia.
Y todo ello, claro, basado en hechos reales. Porque sigue habiendo espías, asesinos a sueldo, sicarios, sujetos corruptos y necios contumaces pululando por nuestro entorno moderno, europeo y sofisticado. Y la prensa tiene un papel determinante en destapar esas corruptelas inherentes al sistema, que dijera Esperanza Aguirre. Lo mejor de “La soledad de Patricia” es, sin duda, el canto a la prensa libre y lo decisiva que resulta como ese cuarto poder que sirva de contrapeso a unas instituciones con tendencias netamente corruptoras y corruptibles.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
http://www.granadablogs.com/pateandoelmundo/
5 comentarios
Lens -
Javier -
Patricia -
Frankie Jurado -
Ricardo -