BURLANDO A LA PARCA Por Jesus Lens
BURLANDO A LA PARCA Viendo los faldones de los suplementos culturales, en que se anuncia como una novela desopilante que mezcla a Los Soprano con House, tengo sensaciones encontradas. Por un lado, me gusta que un libro se haga notar apelando a dos de las series de televisión más rompedoras, atractivas e interesantes del panorama audiovisual. Por otro, puede dar la sensación de no ser más que un truco barato para captar la atención de un público diferente al lector habitual. Sin embargo, está publicada por una editorial seria y solvente como es Anagrama, descubridora de talentos a contracorriente, defensora del humor más mordaz y sardónico de extracción anglosajona, así que, esperanzados, le hincamos el diente. Y nos encontramos con una novela efectivamente ácida en que su autor, Josh Bazell, se inventa al personaje de Peter Brown, un médico que presta sus servicios en el hospital más cutre de Manhattan. El paisanaje que habita el hospital es como para echarse a temblar y, desde luego, la praxis médico-administrativa que lo regula mataría a buena parte de los usuarios que lo utilizan en menos que canta un gallo. Lo que pasa es que, además de ser buen médico preocupado por los pacientes, talentoso y sagaz, Peter arrastra tras de sí un enigmático pasado, de cuando se llamaba Pietro, se apellidaba Brnwa y se dedicaba a matar gente por encargo de la mafia. Pero ¿quién iba a pensar que uno de los capos de su antigua Familia terminaría dando con sus huesos en uno de los peores hospitales de los Estados Unidos? A partir de ahí, saltando en el tiempo, Bazell cuenta el pesadillesco día de Peter, intentando salvar la vida del capo para, a su vez, salir con bien de tan desgraciado encuentro, mientras hace un repaso a su tempestuosa vida, recordando los hitos que le han conducido hasta allí y lo han convertido en el cáustico médico cuasidrogadicto que es. Efectivamente, gracias a las series de televisión como Los Soprano o House, sabemos que en el siglo XXI, ni la mafia es como nos la contó la shakespiriana saga de “El Padrino” ni los médicos son los héroes de “Urgencias”. Y en eso se basa “Burlando a la Parca”: en desmotar los típicos tópicos de las historias de capos y médicos para, jugando con el imaginario colectivo del lector, crear un Grand Guignol que, a veces demasiado aparatosamente, funciona como esperaríamos los adictos a la mejor televisión del siglo XXI. De un tiempo a esta parte venimos comentando que los mejores escritores del mundo trabajan ahora para la televisión, estando detrás de series como las referidas u otras como “The wire” o “Mujeres desesperadas”. Series que han cambiado la forma no sólo de hacer televisión sino también de hacer cine. Y, ahora, hasta de escribir novelas. Porque es muy difícil, después de “Los Soprano”, que nos creamos que la mafia de hoy en día tiene los ribetes mitológicos, grandiosos y epopéyicos de la familia Corleone. No hay más que ver a uno de los casposos participantes de la patética trama Gürtell, tráfico de trajes sin pagar al sastre incluido, que se hacía llamar Don Vito. Y nadie se cree, tras ver “The wire”, que existen honradas y extraordinarias comisarías de policía llenas de tipos solidarios y equipos que trabajan todos a una. “Burlando a la parca” es, por tanto, una novela hija de su tiempo. Y si Bazell consigue controlar su excesiva querencia por la desmesura total, será uno de esos autores llamados a darnos grandes alegrías a los lectores. Jesús Lens Espinosa de los Monteros. http://www.granadablogs.com/pateandoelmundo/
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