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BENEGAS Por Jesus Lens

BENEGAS Por Jesus Lens

Hay un párrafo en “Benegas” que describe a la perfección la forma de ser y pensar de este poli cordobés que tan buenos ratos me ha deparado durante unos cuantos días del tórrido agosto granadino.

 

Dice así:

 

“Si lo que quería era impresionarlo, iba listo. La gente que juega al ajedrez no es más inteligente que el resto de los mortales. Simplemente sabe jugar al ajedrez. Una técnica como otra cualquiera. Y basta con dominarla, como los que saben jugar bien al fútbol o freír las croquetas sin que se les quemen por fuera y estén frías por dentro, habilidad ésta que a Benegas le parecía mucho más admirable que las dos anteriores.”

 

Disculpen una parrafada tan larga en una reseña, pero es que resume a la perfección el espíritu del libro y nos describe a las mil maravillas la filosofía de Benegas, el protagonista de las tres narraciones que componen el último volumen de género negro y criminal publicado por la editorial Almuzara.

 

En “Benegas”, Francisco José Jurado trenza tres relatos consecutivos que beben unos de otros, hasta el punto de que el ejercicio metaliterario del último de ellos “¿Quién mató a Frankie Jurado?” juega con la realidad del timo de los premios literarios, los negros y la compraventa de carreras artísticas... utilizando para ello a un nada esquivo trasunto del propio autor de Benegas, que en ese cuento es doblemente personaje de la narración.

 

“Benegas” está radicada en una Córdoba que se hace muy corpórea, tórrida en verano y gélida en invierno. Una Córdoba del siglo XXI, dedicada en cuerpo y alma al comercio fenicio del turismo, en que los joyeros menos escrupulosos hacen su agosto con el oro falso importado de allende los mares y los grandes financieros se dedican a gestionar el pelotazo inmobiliario y la ingeniería financiera que todos sabemos en qué ha terminado desembocando. Además, tenemos Internet, la Universidad y sus rencillas eternas. Y la pornografía. Y el poder. Y el sometimiento.

 

Y, por encima de todo, tenemos a Benegas, uno de esos polis de manual que, de tan normal, rompe con la típica y tópica tradición del policía alcohólico, violento y atormentado, dotado de un sexto sentido que le salva siempre y en todo lugar, permitiéndole resolver cualquier caso de la forma más sencilla. No. Benegas es un tipo normal que, a la vuelta de vacaciones, invita a sus compañeros a tomar unas tapas en una tasca típica de Córdoba. Un policía metódico, que aplica la lógica deductiva a sus casos y, sobre todo, que trabaja. Trabaja un huevo. Y parte del otro.

 

Por eso, a través de sus páginas, Jurado imprime a “Benegas” una sensación de realismo que acompaña al lector en cada una de sus páginas. Algo muy de agradecer en estos tiempos políticamente correctos, ya que el realismo supone unas dosis de cinismo, mala leche y ácida crítica social que resultan de lo más estimulante... y a contracorriente.  

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

http://www.granadablogs.com/pateandoelmundo/

     

1 comentario

PETRA AGNES -

Acabo de terminar de leer BENEGAS.Me ha gustado mucho, sobre todo porque soy de Córdoba y estudié en la Facultad de Derecho. No encuentro manera más elegante y real de retratar las miserias y grandezas de una ciudad, de la cual sus hijos deseamos huir despavoridos, y pero a la que siempre volvemos finalmente atraidos no sabemos ni por qué.