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ENTREVISTA A ROSA RIBAS

ENTREVISTA A ROSA RIBAS

Agradecerte el tiempo que nos vas a dedicar para responder a estas preguntas y aprovechar para felicitarte por tu última novela “Con anuncio”, donde trama, protagonista y personajes secundarios han resultado una lectura muy interesante.

 

Quisiera empezar la entrevista destacando los títulos que llevan tus novelas, entre las que se cuentan “El pintor de Flandes”, “Entre dos aguas” y la última “Con anuncio”. Señalar que es toda una habilidad saber comprimir la esencia de un libro en un título y que además éste tenga suficiente reclamo como para resultar atractivo comercialmente. Por ello me gustaría que nos contaras la anécdota que te ocurrió en Alemania cuando presentaste el libro.

 

-La anécdota a la que te refieres sucedió después de una lectura de la traducción al alemán de “Entre dos aguas”. Acababa de recibir algunos ejemplares de “Con anuncio” y quise mostrar el libro al público. Lo levanté y no me di cuenta de que la faja roja que le ha puesto la editorial se había corrido hacia arriba y cubría la mitad del título. Entonces uno de los espectadores dijo en alemán algo que vendría a significar “¿El libro se llama Con? ¡Vaya pedazo de título! ¿Vas a hacer una serie con las preposiciones?” La idea me gustó y decidí que las novelas de la serie de Cornelia Weber-Tejedor tendrán todas títulos con sintagmas preposicionales. La tercera, que estoy escribiendo ahora, tiene el título de trabajo “En caída libre”.

Es la primera vez que escribo una novela y tengo el título ya desde el principio. Al contrario de los que me sucede en los relatos, me cuesta mucho encontrar un título a las novelas. En realidad, de las tres que han aparecido hasta ahora sólo un título y medio son míos. El título “El pintor de flandes” lo puso la editorial; mi título era “Prado, número 1940”. “Entre dos aguas” es mío. Y “Con anuncio” se llamaba originalmente “Con anuncio previo”, pero los editores sugirieron acortarlo en “Con anuncio”, así que es sólo medio mío.

 

Contrastando con algunos lectores que han leído tu novela, éstos llegaban a la conclusión que esta última entrega de la comisaria Weber Tejedor es más negra, pero yo destacaría también  más sentido del humor. ¿Eres consciente de ello?

 

-Ahora sí. No lo era mientras la escribía, aunque sí notaba que me sentía más suelta al escribir, más libre de moverme a mi aire dentro de los patrones del género.

 

Resulta curioso que al escribir “comisaria” el programa Word no lo reconoce, aceptando por el contrario el término masculino. Parece que la tecnología también se resiste a la igualdad de género. ¿Da más juego una mujer en un puesto de poder que un hombre?

 

-Es verdad, el corrector de Word está empeñado en convertir a Cornelia Weber en una comisaría. Respecto a si da más juego una mujer en una situación como la de la comisaria Weber-Tejedor, que está al mando de un grupo de investigación, la respuesta sigue siendo que sí. Porque la igualdad de género a su vez sigue siendo un objetivo y no una realidad. Por eso tener como protagonista a una comisaria supone presentar no sólo los problemas propios de la investigación de un caso criminal, sino también las dificultades adicionales a las que tiene que enfrentarse la protagonista por el hecho de ser mujer.

 

De tus novelas destaca la estructura, en la que se nota que existe un trabajo de fondo importante y nos consta que para ti es una labor a la que le dedicas tiempo. ¿Cómo surge la idea de ubicar la trama en el mundo de la publicidad? ¿Qué fue lo que te atrajo?

 

-Cuando trabajé en el Instituto de Estudios interculturales de la Universidad de Heilbronn, ofrecí un par de cursos en los que analizábamos con los alumnos los mecanimos lingüísticos de la publicidad y comparábamos los contenidos culturales necesarios para entender los mensajes de la publicidad en Alemania y en España. A través de la publicidad, tratábamos de conocer mejor las sociedades en las que se producían. Fue un trabajo muy interesante y esclarecedor, pero a mí me dejó con la curiosidad por conocer también a las personas y las empresas que realizaban los anuncios. Era un mundo que me fascinaba y repelía a la vez y que me pareció el escenario idóneo para una novela.

Después del trabajo de documentación, me quedé con la misma sensación que tiene mi protagonista en “Con anuncio”, sigo sin entender por qué los publicistas siempre corren tanto y están tan estresados.

 

Una de las cosas que se aprecia de ésta última aventura de Cornelia es una comisaria más segura y asentada en su puesto, profesionalmente hablando, pero más vulnerable e indecisa en su vida personal, medio alemana y medio española. El personaje ha adquirido más consistencia y complejidad. ¿Tiene algún futuro la aventura sentimental que ha vivido?

 

-Una lectora me dijo que ahora que es más española que en la primera novela, tiene una parte “más oscura”. No sé si es así, pero sí que es cierto que en “Con anuncio” he podido mostrar más de su personalidad, ahondar más en sus conflictos personales. Creo que una de las dificultades de una serie radica en la dosificación de la información que das sobre los personajes. No los entregas completos en la primera novela, sino que los vas desvelando en cada nueva entrega.

Respecto a su vida sentimental, no puedo contar nada. Se sabrá en la próxima novela.

 

Se define la novela negra como una plataforma de denuncia para aquellos aspectos menos agradables de la sociedad. ¿Compartirías este punto de vista?

 

-Sólo en parte. No considero que sea una plataforma en el sentido de que su función principal sea la de denuncia, sino que dado que muestra momentos de fractura producidos por los delitos, permite alumbrar zonas oscuras de la sociedad.

 

La ciudad de Frankfurt se encuentra presente entre tus páginas con su diversidad cultural, sus edificios, sus costumbres, su gastronomía. ¿Cuán importante es para ti el contexto urbano?

 

-Es el mundo que conozco. Me atraen las ciudades y las historias urbanas.

No creo que se trate de meros escenarios, sino que existen interacciones y dinámicas que sólo se pueden dar en el medio urbano, del mismo modo que un ambiente rural o un entorno natural da pie a otras constelaciones de personajes u otros conflictos.

Las novelas de la serie de Cornelia Weber-Tejedor son novelas de la ciudad de Frankfurt. Existe un gran paralelismo entre Cornelia y su ciudad. Comparten la búsqueda constante de su identidad, las contradicciones, cierto pragmatismo, la autoironía.

 

Me consta que la novela ha tenido una aceptación desigual en España que en Alemania. ¿A qué crees que es debida?

 

-Me imagino que te refieres en este caso a la anterior novela, Entre dos aguas. Con anuncio aparecerá en alemán en verano. Entre dos aguas, que se titula  Kalter Main en alemán, ha tenido más eco en Alemania que en España, en buena parte porque la editorial alemana hizo un buen lanzamiento mientras que en España no fue así. En Alemania ha llamado mucho la atención de los lectores que una autora española escriba una novela que transcurre en Frankfurt y que muestra, al ubicar la historia en el mundo de los emigrantes españoles, una parte de la historia reciente del país (la entrada masiva de trabajadores del sur de Europa en los sesenta y los setenta) que es poco conocida. Tampoco en España se ha tratado mucho este tema dentro de obras literarias. Por eso me alegra que, a pesar de la escasa promoción de la novela, se siga leyendo y sigan llegándome correos de lectores.

 

Tengo mucha curiosidad por ver cómo es la reacción a Con anuncio en Alemania. La novela presenta algunos aspectos negativos de la sociedad alemana actual –comunes en realidad a todos los países “ricos” en Europa-  que quedan ocultos o se pretende ocultar bajo una capa de supuesta convivencia cultural. Pero el racismo y la intolerancia están, por desgracia, más presentes en nuestras sociedades de lo que queremos admitir.

 

Adelántanos alguna cosa de tu próxima novela. Por lo que indicaste tienes pensado ubicarla en el aeropuerto de Frankfurt, en un espacio más grande.

 

-El aeropuerto es uno de los lugares emblemáticos de Frankfurt. Es un microcosmos que me parece fascinante, en el que trabajan unas 70.000 personas, es decir casi el mismo número de habitantes que mi cuidad de origen, El Prat de Llobregat. Por eso me planteé ambientar la siguiente novela de la serie en este escenario y centrarme en esta ocasión en el tema del tráfico de drogas.

 

¿Algún otro proyecto?

 

-Estoy trabajando paralelamente en otra novela, esta vez “a cuatro manos” y, además, en dos idiomas difierentes, ya que la escribo con una autora alemana. De momento sólo puedo decir que está ambientada en la Barcelona de los cincuenta y que cuando la terminemos, tendremos la novela en español y en alemán.

Estoy, además, revisando otra novela que, aunque se titula La detective miope no es propiamente de género negro. Pero ya os contaré en su momento. No me gusta mucho anticipar las cosas.

 

¿Volverás a incursionar en la novela histórica o has encontrado tu género en “lo negro”?

 

-Tengo un par de ideas para posibles novelas históricas. Pero cuando termine la tercera entrega de la serie de Cornelia, tengo previsto escribir una novela que no será de género. Aunque eso nunca se sabe.

 

Muchas gracias por colaborar y desde Novelpol te deseamos todo el éxito del mundo.

 

Gracias a vosotros por brindarme este espacio.

1 comentario

Francisco Ortiz -

Buena entrevista con una buena escritora que va, sin duda, a más.